06 septiembre, 2006

"LA CORUÑA S.A.": UN NEGOCIO PARA UNOS POCOS

Una democracia sana es libertad de opinión, es transparencia, es fortaleza de la sociedad civil. El clientelismo es un mal que aqueja a todas las sociedades cuando no se produce la deseable alternancia política y sus gobernantes permanecen excesivo tiempo en el poder. Es entonces cuando el clientelismo se convierte en un arma poderosa para domesticar las voces de la sociedad civil y, consecuentemente, ahogar la democracia con el fin de perpetuarse en el poder.

Es el caso del Ayuntamiento de La Coruña y de quien, desde hace ocho años, es presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de La Coruña: José Antonio Folgueira (en la foto).

El máximo representante vecinal de los coruñeses ha destacado los últimos años por su ardiente defensa de la gestión del gobierno socialista de La Coruña. Su partidismo alcanzó extremos inverosímiles hace meses al llegar a negar en público los malos olores procedentes del vertedero de Nostián que afectan a la ciudad.

El líder de la Federación de Asociaciones de Vecinos y correa de transmisión del PSOE en el movimiento vecinal, José Antonio Folgueira, es propietario de varias licencias de taxi otorgadas por el Ayuntamiento. La Federación vecinal que preside, que no es la única en La Coruña, sí es la única en poseer un local de nada menos que 100 m2 concedido por el Ayuntamiento a título gratuito para su uso y disfrute, trato que no se otorga por parte del Ayuntamiento a ninguna otra asociación de nuestra ciudad por muy necesitada que esté de locales y por muy loables que sean sus fines. Su asociación, además, es perceptora de millonarias subvenciones con cargo a los presupuestos anuales del Ayuntamiento.

Pero la imparcialidad del representante vecinal queda aún más en entredicho al constatar su pertenencia el Consejo de Administración de EMALCSA (Empresa Municipal de Aguas de La Coruña), cuyos miembros perciben, hasta donde se sabe, “compensaciones monetarias en concepto de dedicación y dietas de asistencia al Consejo”, según se desprende del informe anual de la empresa, que dedicó 76.333 € en 2004 a este concepto.

¿Es éste el precio que cobra Folgueira por su silencio respecto a las cuestiones que afectan a los coruñeses? ¿Es lícito que una persona que se supone independiente y que dice defender los intereses de los vecinos pertenezca al consejo de administración de una empresa municipal? ¿Qué concepto de democracia posee un gobierno municipal que premia el silencio de los líderes vecinales con cargos en los consejos de admnistración de las empresas municipales y otras prebendas?.
Situaciones como ésta hacen cada vez más evidente a un mayor número de coruñeses la necesidad de un cambio político en la alcaldía de nuestra ciudad. Ciudad que, tras 23 años gobernando las mismas caras, se ha convertido en una especie de tarta suculenta que se reparten silenciosamente y de espaldas a los ciudadanos los amigos de los que están en el poder.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Al fin alguien se ha dado cuenta de que Folgueira y su "corralito" vecinal fueron un tentaculo del vazquismo, y lo seguiran siendo del post vazquismo losadista.

Pregunten por Coruña Solidaria

8:21 p. m.  

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