DIEZ AÑOS DEL DERRUMBE DE BENS

Diez años han pasado ya desde aquel 10 de septiembre de 1996, cuando toneladas de basura cayeron por las laderas del monte hasta llegar al mar, arrasando la cala de El Portiño y costándole la vida a un hombre que murió sepultado por los residuos que desde los años ochenta depositaron allí los camiones de recogida de basura.

Durante meses, el olor nauseabundo de los desperdicios cubrió toda la ciudad de La Coruña. Nadie en el gobierno municipal asumió entonces responsabilidades por este asunto. El ex alcalde, Francisco Vázquez, decidió actuar con rapidez y tapar el mal olor de la basura con el buen olor de la propaganda oficial. Decidió que había que tomar una decisión y anunció que La Coruña sería, a partir de ese momento, la ciudad más ecológica de España. El mismo que ideó el monte de Bens como el lugar adecuado para crear el gigantesco vertedero desplomado se convirtió, de la noche a la mañana, en el campeón del ecologismo. A partir de ese momento los coruñeses no arrojaríamos nuestros residuos a ningún vertedero, sino que los reciclaríamos.

La realidad fue, y es, muy distinta.