17 diciembre, 2006

LA IMPRUDENCIA DE UN ALCALDE ACCIDENTAL

EL ALCALDE IMPUTA A FUNCIONARIOS MUNICIPALES EL ACTO VANDÁLICO DEL TÚNEL DE JUANA DE VEGA

Si por algo se debe caracterizar un político es por la prudencia en sus actuaciones y declaraciones. La patente inestabilidad interna que está sufriendo en los últimos tiempos el Gobierno Municipal está poniendo de manifiesto la bisoñez política del alcalde accidental, Javier Losada, cuya talla política empieza a semejar la de un mero títere bien movido durante los 23 años de presencia de Vázquez en Maria Pita, pero inútil para gobernar esta ciudad tras la huida de su mentor.

Los hechos ocurridos el pasado viernes en el túnel de Juana de Vega, donde unos vándalos vertieron aceite sobre la calzada poniendo en grave peligro la seguridad de la circulación y la vida de los propios conductores, y causando un grave atasco en toda la ciudad, han desatado la histeria en el alcalde de la ciudad y en todos los miembros del gobierno local.

Imputar este acto vandálico, como ha hecho Losada, a un chantaje del grupo de funcionarios municipales discrepantes con la Regulación de Puestos de Trabajo realizada por el Ayuntamiento supone una clara demostración de imprudencia política. Es a la justicia, y no al señor Losada, a quien corresponde determinar la autoría y depurar las responsabilidades de este acto de vandalismo callejero.

Las declaraciones de Losada sólo se entienden, por un lado, por la incapacidad del regidor municipal para solventar el conflicto laboral con los funcionarios y, por otro, por la indigna intención de deslegitimar las reivindicaciones laborales de unos funcionarios que, a buen seguro, no se identifican con éste ni con ningún tipo de actuaciones violentas.

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