12 enero, 2007

ADOLFO SUÁREZ, UN REFERENTE MORAL PARA UNA ESPAÑA DEGRADADA

En los últimos años se ha hablado mucho de la Transición. Esa transición que, con sus muchos errores, tuvo la virtud de crear un proyecto común de reconciliación para España cuyo fruto fue la Constitución, que hoy semeja un “papelito” defendido y pisoteado, a la vez, por todos.

Adolfo Suárez, aquel personaje contradictorio y con grandes limitaciones, es hoy un referente político y moral para quienes gritamos bien alto y sin complejos que estamos orgullosos de ser de centro. Es el referente de muchos de los que asistimos avergonzados al patético espectáculo del enfrentamiento de dos nuevas Españas cainitas y mezquinas.

Adolfo Suárez es un personaje de ciencia ficción en un país en el que los referentes son Jiménez Losantos e Iñaki Gabilondo.

Adolfo Suárez, el presidente de la sonrisa, del verdadero talante, de los Pactos de la Moncloa (sobre los que se sigue sosteniendo, en parte, este pais). Un cristiano coherente. Un estadista. Un buen hombre a quien querría volver a tener como presidente de mi país.

Si el bueno de Adolfo Suárez estuviese hoy en condiciones de poder opinar sobre el lamentable espectáculo que nos ofrece la política española, no sería otra cosa que un “maricomplejines”.
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